El pasado 18 de mayo tuve la oportunidad de representar a la UPNA en una “Jornada sobre Impresión Aditiva en el Sector Salud”, enmarcada en la Cátedra Industria 4.0 del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Navarra (CITI) en colaboración con la propia universidad y el Cluster Functional Print.
La idea de la ponencia fue comentar la adecuación de las técnicas de impresión 3D (oficialmente, se le llama “fabricación aditiva”, para no saturar el nombre) en el desarrollo de biosensores. A priori, no tiene nada que ver el tema de impresión 3D con los biosensores, ya que la impresión 3D en medicina está más enfocada al desarrollo y biocompatibilización de prótesis, de manera que podamos obtener una mejor funcionalidad de los pacientes. Sin embargo, “adaptando”, como dice el título de esta entrada, la impresión 3D a su versión molecular o atómica, es decir, la nanotecnología, sí que es posible encontrar procesos en los que encontramos una adición de materiales e incluso una “impresión” de los mismos sobre la cual trabajar para diseñar biosensores. A continuación os paso la presentación que preparé para la ponencia. Posiblemente os suenen las primeras 14 diapositivas, porque se trata siempre de lo mismo: el diseño de biosensores basados en fibra óptica. Pero a partir de ahí, la cosa cambia. La transparencia 15 es la manera que tendríamos de adaptar las técnicas de impresión 3D al diseño de biosensores sobre fibra. En realidad, lo que hacemos los que nos dedicamos a esto es una parte de un tipo de tecnología que Cusano y los suyos, en Italia, han denominado muy bien “lab-on-fiber” (laboratorio en la fibra). Y es que se trata de coger una fibra óptica y hacerle todo tipo de tratamientos, bien en la punta, bien por dentro o bien alrededor, de manera que consigamos una “impresión 3D” nanotecnológica, bien de la propia fibra o bien de materiales depositados sobre ella. La idea es construir un auténtico laboratorio nanotecnológico en la superficie de la fibra, dedicado a detectar marcadores que nos digan qué enfermedad tenemos o en qué estadío de la misma estamos.
A continuación os dejo unas pocas imágenes chulas de lo que se está haciendo hoy sobre esta tecnología de “impresión 3D” en biosensores. Fijáos en las escalas de las imágenes, porque es algo prácticamente inimaginable lo que estamos consiguiendo gracias a las posibilidades tecnológicas.
0 Comentarios
Desde hace medio año, la Unidad de Cultura Científica de la UPNA junto con su responsable de Divulgación Científica, mi compañero de departamento Joaquín Sevilla Moróder, están fomentando esta iniciativa, que considero bastante necesaria. En nuestro día a día, quienes trabajamos en el mundo de la ciencia y la investigación tendemos a usar tecnicismos demasiado específicos para nuestras diferentes ramas de trabajo, pero que no le suenan a nadie más que a quienes, como nosotros, y a nivel internacional, entienden de nuestro tema en concreto. A nadie de la calle y ni siquiera, en muchas ocasiones, a nuestros mismos compañeros del grupo de investigación, se les ocurriría aproximarse a nuestras conversaciones para entender lo que estamos hablando. Es por esto que quienes trabajamos en ciencia tenemos que bajar a la Tierra y, precisamente, traducir aquello en lo que estamos trabajando para hacerlo más inteligible para la gente poco especializada. En definitiva, como se suele decir: “hablar en cristiano”, que mucha falta nos hace. Muchas veces comparo esta situación de “poca conexión” entre lo que hacemos l@s científic@s y el resto de la gente con la conferencia de Steve Jobs con la que anunció el primer iPhone de la historia y que fue muy reveladora: si los comerciales de la compañía o el propio Jobs se hubieran puesto a describir en qué consistía este teléfono por dentro, no los hubiera entendido nadie, por muy útil que fuera el invento: software, hardware, circuitos electrónicos, procesamiento de señales, imagen y audio, protocolos de correo electrónico y conexiones a internet… Sin embargo, Jobs fue muy divulgativo en sus explicaciones e incluso hizo que la gente sintiera que quería tener un iPhone a toda costa. Prueba de ello es que llevamos 10 años de dependencia casi literal a la hora de tratar con estos dispositivos, bien en formato Apple o bien usando cualquier otro sistema operativo. Esa capacidad de abstracción sobre lo que estamos haciendo y de hacerlo fácil y útil, es lo que puede hacer que la gente entienda la necesidad de invertir más en I+D y el porqué de nuestras trifulcas con el gobierno. Es por ello que, comenzando por ayer mismo, y durante una serie de varios capítulos, que ya veremos cuántos son, me he animado a escribir unas pocas contribuciones sencillas que hablen de lo que estoy realizando actualmente en mis investigaciones. Y puesto que la mayoría de ellas están relacionadas con el uso de fibra óptica para aplicaciones biomédicas, me he propuesto llamarlas “Salvad@s por la fibra”. En este enlace tenéis la primera. Espero que os guste y que sigáis leyendo las siguientes. Las iré anunciando a través de las redes.
Tras un curso intenso llega el momento de disfrutar de las fiestas de San Fermín y de unas buenas vacaciones.
En esta ocasión, os escribo para desearos un feliz final de #SanFermin, ya que las fiestas comenzaron hace una semana y ha sido un no parar desde entonces. Uno de los momentos curiosos fue un paseo por la calle Carlos III, céntrica donde las haya, donde pude tomar una foto chula de un poste científico al lado del monumento al #NoesNo, y que se refleja aquí: https://www.instagram.com/p/Bk-nsIuHi3j/?utm_source=ig_share_sheet&igshid=tuwl8qyj12fw Finalmente comentaros que este año tocarán las vacaciones en determinado lugar de la geografía peninsular y que contiene el curioso letrero que os muestro a la entrada de uno de sus bares. Alguien se atreve a acertarlo? Prometo subir fotos a través de las redes! Nos seguimos leyendo, que habrá cosicas que contar en breve. Saludos y #YaQuedaMenos!
Me gustó, especialmente, por la forma en la que la ponencia fue evolucionando. Muchas veces nos preguntamos de qué va esto de innovar en la forma de dar las clases, pero también es verdad que a veces los propios profesores nos damos cuenta de que el ritmo de la clase no es bueno y que hay que romper con el ambiente que nos encontramos para hacerlo más ameno. Y esto necesita un poco de creatividad. No se trata de ponernos a contar chistes, pero sí buscar la manera de romper un poco con la tendencia creada. En ello estamos…
Y por cierto, también esto puede aplicarse a diferentes aspectos de nuestra vida, siempre que detectemos que estamos entrando en rutina. |
Sígueme en:
Categorías
Todos
Archivos
Septiembre 2019
|