El próximo curso 2019-2020 incorporaré una nueva asignatura a mi plan docente: "Instrumentación biomédica (II): Imagen médica y aplicaciones terapéuticas de la radiación", del Máster en Ingeniería Biomédica de la UPNA. Se trata de una ampliación de una parte de "Instrumentación Biomédica", asignatura que ya doy en el Máster en Telecomunicaciones y que heredo de mi compañero Joaquín Sevilla, de la UPNA. Como suele ocurrir en este tipo de casos, lo que servía para una asignatura puede servir como base para otra. Sin embargo, el hecho de que en telecos sean sólo 18 horas y aquí 45 (4,5 ECTS) da respeto. No porque no pueda darse en el tiempo establecido. De hecho, se puede dar bastante más de lo que se puede abarcar con 18 horas. La cuestión es que hay que darlo de la mejor manera posible y sin saturar de información al personal. Me explico. Cada semana tendremos una sesión de 2 horas los martes y otra de 1 hora los viernes. Podríamos dar teoría todas las semanas y acabar con bien de información sobre cómo usamos la radiación para diagnosticar y curar al personal. La asignatura trata muchos temas (radiografías, escáneres, medicina nuclear, gammagrafía, SPECT, PET, resonancia, ecografía y seguridad radioeléctrica), y podríamos dividirlo todo para dar buenas parrafadas de cada tema. No parece lo más adecuado, ni para el docente ni para el alumnado. Sobre todo teniendo un perfil tan heterogéneo como el que nos entra en el máster… Y que no se trata de dar una parrafada porque sí. Surge la necesidad, además, de plantear unas prácticas, ya que dar todo en clase se hace demasiado virtual, y sin embargo estos equipos son muy reales. Teniendo en cuenta que hay compañer@s que ya dedican una asignatura a procesar imágenes médicas y puesto que se trata de una asignatura de instrumentación, no tiene sentido procesar imágenes a pelo. Aquí tenemos que ver los equipos por dentro, para ver cómo funcionan. Pero pequeño detalle: la parte gruesa del curso está relacionada con radiografías y medicina nuclear, o sea: radiación pura y dura. O bien nos sometemos a altas dosis de radiación para comprobar el funcionamiento de estos equipos (va a ser que no), o los diseñamos en clase (no hay tiempo para diseñar semejantes mastodontes desde cero. Ojalá…), o mostramos equipos que las multinacionales no están dispuestas a donar (de nuevo, ojalá tuviéramos esa suerte)... Por cuestiones logísticas y presupuestarias, normalmente las "prácticas" de esta materia suelen consistir en visitar las instalaciones de los centros hospitalarios donde están ubicadas. En este sentido, prepararemos unas 2-3 sesiones con médicos para que los estudiantes vean estos equipos que, de otra manera, no podrían verse. Estamos tratando con alta tecnología y radiación. Ese es el precio a pagar por echar un vistazo a equipos caros y peligrosos. Y que podamos seguir viéndolos… El resto de clases semanales las plantearé como teoría en las 2 horas seguidas y aspectos interesantes en las de 1 h. Realmente, 1 hora no da para mucho. En realidad son 50 minutos y, siendo en viernes, además, lo suyo es adaptar el temario para enfatizar aspectos que pueden ser cruciales de lo visto en las sesiones de 2 horas. Por otro lado, las fiestas del primer semestre caen, en su mayoría, en viernes, con lo que es prácticamente imposible usar el viernes para avanzar en teoría. Así que las clases de los viernes serán para que el alumnado se practique en los conocimientos de la asignatura y para trabajar en común, analizando ejercicios, publicaciones y catálogos de fabricantes. Como consecuencia, alrededor de un tercio de la asignatura se dedicará a trabajo dinámico con el alumnado. Total, que tampoco es mucho más lo que la asignatura se puede aumentar respecto a lo que se da en el máster en telecomunicaciones. Alguna sesión que se explique con un poco más de énfasis y un poco más de profundización en el funcionamiento de los equipos de imagen médica y terapia. En cuanto a la evaluación, plantearemos exámenes, ejercicios y trabajo final. Del tercio de clases que demos de 1h de duración, posiblemente saquemos algo para hacer en casa y entregar. En el trabajo forzaremos la máquina. Se trata de un máster y, por tanto, pediremos una puesta a punto en las tecnologías de imagen y terapia con radiación más punteras del mercado. Lo suyo será que el alumnado muestre qué es lo último que se está haciendo en instrumentación para mejorar la calidad de imagen de las tecnologías de diagnóstico, así como las mejoras en el uso de la radiación en el ámbito de la terapia. Por ejemplo, la protonterapia, la resonancia de 7T, la mejora de la sensibilidad en los PETs, la reducción de dosis radiactiva en los pacientes, etc. Y finalmente, la parte de exámenes, obligatoria en cualquier asignatura. Para la correcta comprensión de la asignatura es necesario que el alumnado comprenda perfectamente qué son las radiaciones ionizantes y cómo nos basamos en ellas para realizar los estudios médicos correspondientes. Es por ello que habrá un primer examen en el que demostrarán que han conseguido la destreza suficiente como para hablar sin errores sobre este tipo de aspectos. Tras ello, vendrán dos evaluaciones más, de carácter liberatorio (también hay que facilitar un poco las cosas en algún momento), donde se demostrarán los conocimientos adquiridos en los diferentes temas tratados. Probablemente haya uno de imagen y terapia con radiaciones ionizantes (rayos X, escáners, medicina nuclear y radioterapia) y otro sin ellas (resonancia, ecografía y seguridad radioeléctrica). A continuación, os paso un carrusel de imágenes chulas que he ido encontrando al actualizar la asignatura. La verdad es que es una auténtica pasada todo lo que se puede hacer a día de hoy con las tecnologías de imagen médica. Gracias al trabajo conjunto de clínica e ingeniería, para ayudar a cuidar a las personas.
0 Comentarios
Cuando vamos a los colegios e institutos a dar a conocer las bonanzas de las ingenierías, suele ser bastante recurrente responder a preguntas del tipo “¿qué es la ingeniería?”, “¿qué hay que estudiar para ser ingeniero/a?”, “¿qué cualidades son esperables en este tipo de profesionales?”, “¿son difíciles?”. Lo primero que se me ocurre es buscar en la Real Academia de la Lengua Española (RAE), a ver si nos aclaramos. Según la RAE, la ingeniería es el “conjunto de conocimientos y técnicas científicas y empíricas aplicadas a la invención, el diseño, el desarrollo, la construcción, el mantenimiento y el perfeccionamiento de tecnologías, estructuras, máquinas, herramientas, sistemas, materiales y procesos para la resolución de problemas prácticos”. Viendo esta definición, encuentro normal que provoque cierto rechazo. Es algo muy largo de recordar, que implica muchas cosas a la vez y que, queriendo contentar a todos los colectivos que pertenecen a las ingenierías, acaba siendo algo poco aclaratorio. Al menos hay una palabra muy acertada, que es la de la “aplicación”. Si hay algo que es una ingeniería es eso: aplicación. “Aplicar” ya lleva intrínsecas las acciones de “inventar, diseñar, desarrollar, construir, mantener y perfeccionar u optimizar”. Al fin y al cabo, una vez que se consigue aplicar algo en algún ámbito, ya llega a dicho ámbito con todos estos procesos previos ya solventados. Por tanto, se trata de la aplicación del conocimiento científico para solucionar problemas. ¿Y qué problemas? Pues no hay más que dar un repaso: necesitamos hablar y relacionarnos con nuestras amistades y familia, estén donde estén, cuando y como sea. Necesitamos desplazarnos por el mundo, bien sea para viajar o para conocer nuevos territorios, y además nos da igual si es por tierra, mar o aire. Necesitamos vivir en sitios que nos proporcionen seguridad, pero que a la vez nos permitan tener todas las comodidades de las que podamos disponer (electrodomésticos, muebles, casas inteligentes,…). Necesitamos automatizar procesos, sean peligrosos o no, porque son tareas repetitivas que podrían suponer un ahorro en costes en las empresas y un aumento de la productividad. Necesitamos de materiales cada vez más “a la carta”, para optimizar sus prestaciones y que nos sirvan en nuestro día a día… Y probablemente podríamos seguir escribiendo una serie de frases donde aparezca la palabra “necesitamos” y alguna necesidad real existente en la sociedad. Y es que, en realidad, si vamos al meollo del asunto, se trata de solucionar problemas que vienen demandados por la sociedad para seguir progresando. En definitiva, que no sería descabellado definir una ingeniería como la “aplicación del conocimiento científico para solucionar problemas planteados por necesidades sociales”. A partir de aquí, ya se pueden ir definiendo las diferentes ingenierías (NOTA: salvo en caminos, canales y puertos, el resto de fotos están extraídas de los folletos que hemos preparado en la UPNA): En cuanto a la pregunta de qué hay que estudiar para ser ingeniera/o, hay que tener en cuenta que el tronco común de estas disciplinas está formado por las disciplinas científico-tecnológicas, que son las matemáticas y la física. Tras ello luego puede haber otro tipo de requerimientos. Por ejemplo, para biomédica sería necesario alguna noción de biología y/o (bio)química. Para las carreras de las ramas industriales y/o caminos, canales y puertos no es necesario, pero sí recomendable, tener alguna noción de dibujo. Para las carreras TIC, tipo telecomunicaciones o informática, no es necesario tener estos requisitos extra, al igual que con eléctrica y electrónica.
Estas disciplinas, si bien antes se consideraba que eran difíciles, ahora no lo vamos a negar: también lo son. Cada ingeniería, con sus peculiaridades, es difícil a su manera. Nadie egresado/a podrá negar que no lo ha pasado mal en ocasiones al enfrentarse a determinadas asignaturas, sea en la ingeniería que sea. Pero a diferencia de lo que se piensa, no es difícil por las asignaturas en sí o por la dureza de las clases. Ser ingeniera/o requiere de un cambio de mentalidad muy fuerte respecto a lo que venimos pensando desde los cursos pre-universitarios, y que tarda en asumirse, al menos, un curso, pero que se prolonga a lo largo de toda la estancia en la universidad. Las asignaturas propias de cada ingeniería persiguen el mismo objetivo: ser capaces de tomar un problema, analizarlo en detalle, visualizar todas las posibles soluciones y quedarnos con la aparentemente más óptima. Normalmente esto no va a ir a la primera, así que habrá que seguir dando vueltas, puliendo bien la idea, para que finalmente la solución a la que lleguemos sea un tándem entre el problema a solucionar y lo que tecnológicamente es posible hacer. Y esto es algo que no es directo, que requiere una continuidad de análisis y que, además, no es definitivo, sino que podría plantearse de maneras diferentes, cada una con sus pros y sus contras, y acabaría dando solución igualmente. Pero es que además, al día siguiente de finalizar nuestro proyecto, sale una nueva tecnología que permite hacer lo que hemos planteado de manera más eficiente, y hay que saber adaptar nuestra idea a esta nueva tecnología, porque es lo que todo el mundo va a comprar. Esto que estoy contando y que se resume en la palabra “abstracción”, es el mayor de nuestros desafíos con los/as estudiantes. Únicamente al final de los estudios es cuando conseguimos esta mentalidad y esta manera de pensar que, indiscutiblemente, moldea la personalidad de la gente. Hasta tal punto que sí que es necesario tener una serie de cualidades intrínsecas en nuestra personalidad para llegar a trabajar en ingeniería. Bajo mi punto de vista, como profesor de ingeniería, las más importantes son: 1. Ser una persona curiosa e innovadora. 2. Tener ambición y mentalidad positiva. 3. Poseer capacidad de abstracción. 4. Tratar siempre de mejorar lo que ya existe. 5. Poseer un pensamiento autocrítico sobre nuestras acciones. 6. Tener visión de futuro y capacidad de adaptabilidad ante situaciones adversas. 7. Tener vocación de servicio para mejorar la calidad de vida de la gente. Con estas 7 claves, y gustando las disciplinas científico-tecnológicas o de ciencias básicas y de la salud (el lenguaje científico es el mismo para todas las ciencias), animo a quien se lo esté planteando a darse la oportunidad de cursar este tipo de carreras. El esfuerzo merecerá la pena y probablemente acabe trabajando en algo que forme parte de una solución ante una demanda social, sea en la disciplina que sea. Como parte de las actividades divulgativas que me he propuesto realizar este año, me he apuntado a una lista de docentes de la UPNA que ofrecemos estos servicios. Podéis encontrar las charlas en este folleto, que ha sido recientemente publicado por la UPNA. ![]()
En mi caso y fruto de las colaboraciones que hacemos con institutos o basándome en las propias transparencias que tengo de otros cursos, he preparado dos charlas. La primera es “Salvad@s por la fibra”, heredera de una charla que preparé para el evento “Ciencia en el Bar” en el año 2015 tras finalizar mi tesis doctoral. En ella hablaremos sobre la fibra óptica y su aplicación en medicina, que es el ámbito en el que más estoy especializado. La segunda es “Un mundo conectado” y trata sobre todas esas cosas que permiten que hoy en día podamos estar más conectados que nunca en la distancia. Una charla más abierta y donde contaremos curiosidades sobre ese perfil profesional que las gestiona, que es la ingeniería en telecomunicaciones.
El proceso para contactar conmigo así como con todo el plantel de profesor@s que ofrecemos este tipo de charlas está todo recogido en la web: www.charlascientificas.com y podéis consultarlo en cualquier momento para solicitarnos las charlas a quien sea. Espero que os gusten estas propuestas y que lo pasemos bien aprendiendo cosicas de ciencia aplicada e ingeniería. A quienes solicitéis mis charlas, ¡muchas gracias de antemano!
En los escasos dos años que llevo como profesor en carreras de ingeniería, he podido constatar que el número de chicas que acceden a las carreras científicas es muchísimo menor que el que teníamos hace (sí, lo voy a decir) 16 años. Lejos quedan aquellas clases con un 40% de chicas en clase y donde, normalmente, solía ocurrir que tenían los mejores expedientes.
Dejando al margen, la influencia del género a la hora de estudiar unas carreras u otras, cosa que veo bastante osada (por no decir otra cosa) por parte de quienes exponen este tipo de argumentaciones, lo cierto es que desde hace 15 años el interés de ellas y ellos por las carreras de ingeniería va decreciendo, algo totalmente en contra de la tendencia al alza en la demanda de este tipo de perfiles. A continuación, os dejo un par de reseñas sobre archivos que lo demuestran. El primero (al final de esta entrada), un resumen del Ministerio de Educación, donde se muestra, de manera muy visual, la dinámica del alumnado universitario y cómo determinadas carreras están siendo copadas por mujeres y otras por hombres. En concreto, el área de ingeniería y arquitectura, siendo la segunda en estudiantes interesados, es la que menos mujeres consigue aglutinar. Y para quienes argumentan su respuesta en la genética masculina o femenina, este mismo informe muestra claramente cómo tanto en ciencias puras como en medicina, como en ciencias sociales, las mujeres son más de la mitad del alumnado. El problema, por tanto, está en la casuística específica de las ingenierías y no en si tener pene o vulva te predispone a inclinarte por ciencias o letras. Las razones que llevan a esto pueden ser de diversa índole, como la falta de referentes femeninos históricos en estos ámbitos, los techos de cristal, el poco fomento de estas disciplinas en primaria y secundaria, donde realmente se eligen los estudios, la segregación social por sexos,... En fin, cosas que estamos continuamente corroborando en nuestro día a día. ¿Capacidades de las mujeres en este tipo de disciplinas? TODAS. ¿Fomento de las mismas? A mi juicio, claramente mejorables y desde abajo. Y sí, estoy apuntando directamente a primaria y secundaria, así como a las familias, en las que mucho queda por trabajar aún para fomentar la educación igualitaria. El segundo, es el Informe Infoempleo de Adecco, donde, entre otras profesiones del sector servicios y las energías renovables, se dice que aquellas relacionadas con las tecnologías de la información y la comunicación (informática y telecomunicaciones) van a ser de las más demandadas. En este enlace encontraréis el resumen de lo más característico de dicho informe. Es decir, que ingenierías como la industrial, la informática o las telecomunicaciones son lo que más se demanda, mientras que el número de egresados en la universidad no es suficiente para cubrir la demanda. Y si no lo es en España, menos en el resto del mundo, como ya expuse en su momento aquí. Bueno, pues esto no es cosa de hombres o de mujeres. Se trata de exponer un nicho de mercado muy atractivo y ávido de personal, al que las personas pueden acudir para trabajar en lo que quieran, sin preguntarse si se está más o menos preparad@ para llevar a cabo el trabajo en cuestión. Por lo menos parece que, aunque con retraso, se están moviendo una serie de iniciativas para intentar atraer talento femenino a las (grandes) empresas. Wallapop, Hispasat, Microsoft, L'Oreal,... Todas con políticas de promoción de mujeres para alcanzar cargos de renombre en empresas tecnológicas. A ver si, más pronto que tarde, aparecen mujeres al frente de empresas de este tipo. Desde la universidad, desde hace 3 años, entre compañeros y compañeras estamos intentando sacar adelante propuestas en las que quepamos hombres y mujeres en ciencia y docencia, como nuestro libro "Destellos de Luz". Hasta llegar a la mejor de las iniciativas que creo que ha podido surgir, que es "Yo quiero ser científica". En esta ocasión, 9 compañeras científicas, docentes, bastantes de ellas ingenieras y algunas, incluso, emprendedoras, se han propuesto traer a la actualidad a aquellas mujeres que fueron pioneras en sus tiempos, por encima, incluso de sus propios mentores varones y/o maridos. La obra está enfocada, sobre todo, al público al que creemos (yo también) que hay que convencer, que es a la menudez de nuestras casas. Mostrar a nuestras hijas e hijos que también hubo científicas/ingenieras importantes en el pasado, puede hacerles visualizar que también pueden conseguir sus logros en el futuro, con independencia de su sexo. Es una labor muy loable, la que estas 9 compañeras están realizando, con lo que he considerado necesario hacérosla saber, para que concienciemos a nuestra sociedad, una vez más, en la igualdad de oportunidades para todas las personas. Tan sólo desearles mucha suerte y que consigan sembrar las semillas necesarias para que esta situación se normalice. Por supuesto, aquí tenéis sus redes sociales, para que podáis seguirlas en su (espero) futura gira de éxito por toda España, así como una galería de fotos que pude hacer en su estreno, el pasado día 14/06/2018: ![]()
|
Sígueme en:
Categorías
Todos
Archivos
Septiembre 2019
|