Desde hace medio año, la Unidad de Cultura Científica de la UPNA junto con su responsable de Divulgación Científica, mi compañero de departamento Joaquín Sevilla Moróder, están fomentando esta iniciativa, que considero bastante necesaria. En nuestro día a día, quienes trabajamos en el mundo de la ciencia y la investigación tendemos a usar tecnicismos demasiado específicos para nuestras diferentes ramas de trabajo, pero que no le suenan a nadie más que a quienes, como nosotros, y a nivel internacional, entienden de nuestro tema en concreto. A nadie de la calle y ni siquiera, en muchas ocasiones, a nuestros mismos compañeros del grupo de investigación, se les ocurriría aproximarse a nuestras conversaciones para entender lo que estamos hablando. Es por esto que quienes trabajamos en ciencia tenemos que bajar a la Tierra y, precisamente, traducir aquello en lo que estamos trabajando para hacerlo más inteligible para la gente poco especializada. En definitiva, como se suele decir: “hablar en cristiano”, que mucha falta nos hace. Muchas veces comparo esta situación de “poca conexión” entre lo que hacemos l@s científic@s y el resto de la gente con la conferencia de Steve Jobs con la que anunció el primer iPhone de la historia y que fue muy reveladora: si los comerciales de la compañía o el propio Jobs se hubieran puesto a describir en qué consistía este teléfono por dentro, no los hubiera entendido nadie, por muy útil que fuera el invento: software, hardware, circuitos electrónicos, procesamiento de señales, imagen y audio, protocolos de correo electrónico y conexiones a internet… Sin embargo, Jobs fue muy divulgativo en sus explicaciones e incluso hizo que la gente sintiera que quería tener un iPhone a toda costa. Prueba de ello es que llevamos 10 años de dependencia casi literal a la hora de tratar con estos dispositivos, bien en formato Apple o bien usando cualquier otro sistema operativo. Esa capacidad de abstracción sobre lo que estamos haciendo y de hacerlo fácil y útil, es lo que puede hacer que la gente entienda la necesidad de invertir más en I+D y el porqué de nuestras trifulcas con el gobierno. Es por ello que, comenzando por ayer mismo, y durante una serie de varios capítulos, que ya veremos cuántos son, me he animado a escribir unas pocas contribuciones sencillas que hablen de lo que estoy realizando actualmente en mis investigaciones. Y puesto que la mayoría de ellas están relacionadas con el uso de fibra óptica para aplicaciones biomédicas, me he propuesto llamarlas “Salvad@s por la fibra”. En este enlace tenéis la primera. Espero que os guste y que sigáis leyendo las siguientes. Las iré anunciando a través de las redes.
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septiembre 2019
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